Artículo para la revista Sdcorre.com in 2020
El triatlón ofrece muchos beneficios que no brindan otros deportes, como evitar lesiones, infinidad de beneficios psicológicos, por la naturaleza del deporte, y la vulnerabilidad que expone al atleta ante los múltiples factores incontrolables que influyen, como el entorno y la poderosa madre naturaleza.
La satisfacción de superación, el autocontrol, la resiliencia y la determinación son solo algunas de las destrezas y capacidades que podemos desarrollar los seres humanos al superar los desafíos de un triatlón, lo que fortalece la autoconfianza.
Aquí mencionaremos algunas situaciones comunes que se presentan en triatlón a cualquier persona sin importar la experiencia o el nivel:
En la natación, llevar los goggles o las gafas con agua dentro. Ya sea porque al bracear o patear a otro atleta nos golpee y se nos caigan las gafas de nadar. Que se nos empañen las gafas y perdamos la visibilidad. Soluciones: Mantener la calma, respirar profundamente, pensar positivo, buscar espacio, corregir lo que sea necesario y tomarnos el tiempo necesario para corregir; es mejor arreglar bien los lentes que seguir sin buena visibilidad y, a largo plazo, desperdiciar más tiempo y energía.
Salirse de la ruta o perderse en el agua, en la bicicleta o en la carrera. En el agua, ya sea por seguir a otros pies o por perder la orientación o la visibilidad. Soluciones simples: detenernos, enfocarnos en la dirección correcta, tratar de nadar derecho, mirar y respirar con mayor frecuencia y hacia adelante. En la bicicleta o en la corrida, es muy común perderse; es importante estudiar las rutas y memorizar el número de vueltas que nos corresponde hacer en cada disciplina. Perder la cuenta de las vueltas (también muy común): recordemos que siempre es responsabilidad del atleta contar sus vueltas y conocer las rutas. No queremos perdernos ni hacer una vuelta de más, ni una menos, y ser descalificados.
Sentir la respiración más acelerada de lo normal o que no tenemos nuestro ritmo de respiración "ideal". (Nos pasa a todos en algún momento) Por múltiples factores como por ejemplo: no calentar bien, agua muy fría, irse más rápido de la cuenta, nervios o adrenalina. Soluciones: respirar profundamente y pensar positivamente ayudan a calibrar todo. En casos de eventos en aguas abiertas de más de 200 metros de profundidad, los expertos recomiendan respirar cada 2 brazadas para mantener suficiente oxigenación en el cerebro y el cuerpo. Aclarando que esto no es para la práctica de natación, sino para el día del evento de aguas abiertas, especialmente en los primeros metros.
Al nadar, no sentir los brazos y/o las piernas o las extremidades pesadas. (Acumulación de ácido láctico). Solución: enfocarnos en respirar mejor y con mayor frecuencia, darnos tiempo y mantener la calma y la mente positiva; eso pasa en unos minutos. Si es necesario, tomamos un descanso de espaldas o pedimos ayuda (está permitido agarrarse a un bote o a un kayak para recuperar).
Mareos: pérdida de visibilidad al salir del agua. Perder el equilibrio o tropezar al salir del agua o durante el trayecto en bicicleta; perder el ritmo de respiración al llegar a la transición. Todo esto es normal al pasar de nadar en posición horizontal a correr en posición vertical. Soluciones: recordar no tomar nada personal. #noshame. Si tropezamos, simplemente nos levantamos de nuevo, sonreímos, respiramos hondo y seguimos. Siempre se vale tomarse su tiempo o hacer una pausa; creo que la transición es una oportunidad para recuperar cuando lo amerite.
Ganas de ir al baño justo antes de la salida. Es bueno siempre llevar papel de baño o toallitas húmedas para tratar de planificarnos y poner en la "agenda mental del día de carrera" en qué momento haremos la fila para ir al baño antes del arranque.
Al llegar a la transición, no encontrar la bicicleta o parte del equipo. Solución: Mantenemos la calma, buscamos una solución inmediata o pedimos ayuda, siempre con actitud positiva. Lo ideal es estudiar la ubicación de la bicicleta y tu espacio de transición (después de organizar nuestra transición, antes del arranque). Con cientos de bicicletas, puede resultar confuso encontrar tus cosas. Un truco es usar una toalla con colores llamativos como alfombra debajo de las herramientas del equipo.
Problemas mecánicos o un pinchazo en la bici. En la mayoría de los eventos de triatlón existe soporte técnico. Recordemos que la ayuda no siempre es inmediata. Mantenemos en cuenta que si hay tiempo para resolver la mayoría de los problemas mecánicos (aunque perdamos 10-30 minutos), en eventos de más de 2 horas, como el Triatlón Olímpico, vale la pena resolver el problema y continuar el evento. Siempre manteniendo la calma, no queremos desperdiciar energía en malas vibras.
Temor en la bicicleta. Ya sea porque existan pendientes, porque los triatletas estén rebasando o rodando muy cerca, o porque tengamos miedo de agarrar la botella de agua. Ayuda mucho practicar antes del evento (rodar con compañeros y practicar durante movimiento agarrar la botella de agua del cuadro de la bicicleta y beber) Otros tips de seguridad y confianza a considerar es el ser predecibles para los demas en los movimientos en bicicleta, mirar bien para todos los lados antes de movernos o cualquier cambio de posición, en bicicleta de ruta (en la calle) es importante el hacer movimientos suaves o gentiles (no bruscos o impredecibles). Las reglas o la ética de ciclismo en triatlón son muy similares a las de manejar. También es muy importante leer las reglas del evento previamente. Esta práctica incrementa la capacidad de confianza y seguridad en sí mismo, disminuyendo el estrés o los nervios. De nuevo en triatlón, los participantes realizan un gran esfuerzo físico. Muchos son principiantes. En estas condiciones, circula menos sangre al cerebro; los pensamientos y los reflejos pueden no estar al 100 %, por lo que debemos hacer un esfuerzo extra para mantenernos alerta.
Dolor de espalda, calambres, problemas estomacales u otros problemas digestivos. (Vómitos o baño #1 & #2 ) Ya sea algo nuevo o viejo, según la distancia y la condición de la persona, pueden presentarse problemas de digestión. En triatlones de más de 2 horas se requieren alimentación e hidratación. Por múltiples factores, el cuerpo a veces no tiene la capacidad de digerir adecuadamente. Durante una actividad de gran demanda física, como el triatlón, circula menos sangre hacia los órganos digestivos, lo que hace que el proceso se vuelva más lento o incluso se detenga. Es importante practicar la nutrición (O lo que pensamos consumir durante el evento) varias veces antes del evento, aunque en muchas ocasiones otros factores, como el calor, pueden dificultar una correcta digestión. Otra cosa común que mencionamos es que muchos triatletas se hacen pipí en la bicicleta o al correr, ya sea por accidente o porque no hay otra alternativa. En el caso de dolor de estómago o acidez, el cuerpo muchas veces tiene la habilidad milagrosa de recuperarse; siempre respirar profundo ayuda a todo. Si se nos presentan calambres, nos detendremos a estirarnos, a hidratarnos o a tomar pastillas de sal o de electrólitos. Si se presenta dolor de espalda, puede ayudar a tomar pequeños descansos del sillín (pedalear fuera del sillín) y a cambiar de posición las manos en el timón. Para evitar el dolor de espalda, durante el entrenamiento es recomendable realizar ejercicios para fortalecer el tronco, como abdominales y de espalda, al menos dos veces por semana. (Ejemplo: Planks).
Irse muy rápido al principio de la carrera. Y después, ir sintiendo cómo el cuerpo se funde poco a poco. Es beneficioso practicar bloques o sesiones que en inglés llaman "Bricks" = los entrenamientos conformados por dos disciplinas, una seguida de la otra. (Ej. Bici + Correr o Nadar + Bici). En triatlón, al comienzo de la carrera, las piernas a menudo pueden sentirse pesadas después del ciclismo, así que trata de comenzar con una zancada más corta de lo habitual y luego ajusta tu ritmo gradualmente a medida que tu cuerpo se acostumbre a la nueva disciplina.
Recordemos que todos y cada uno de estos consejos deben considerarse y aplicarse según la persona y la situación. Priorizar siempre la seguridad y la salud. Los mantras mentales ayudan a mantenernos enfocados y positivos, eliminando el estrés e induciendo la relajación y el ahorro de energía.
“La mente es como el guía del vehículo; va a donde uno lo dirige y tenemos el control de ella. Para vivir en bienestar, debemos mantenerla todo el tiempo en dirección positiva. “